segunda-feira, 15 de abril de 2013

Jaime Gil de Biedma: "El juego de hacer versos"

"Jogo de fazer versos" (Tradução de Adriano Nunes)


Jogo de fazer versos
- que não é jogo - é algo
parecido em princípio
co' o prazer solitário.

Com a primeira muda
nos nostálgicos anos
de nossa adolescência,
a escrever começamos.

E são nossos poemas
de todo imaginários
- muito inexperientes
nem sequer plagiamos -

Pois toda a Poesia
é mesmo um anjo abstrato
e, como todos eles,
predisposto a agradar-nos.

A arte é outra coisa
distinta. O resultado
de muita vocação
e um pouco de trabalho.

Aprender a pensar
em traçados contados
- e não nos sentimentos
com que nos exaltávamos -,

manipular o idioma
como se fosse mágico
é um útil exercício,
que chega a embriagarmo-nos.

Logo está o instrumento
em seu ponto afinado:
a melhor poesia
é o Verbo feito tango.

Todos poemas são
um modo que adotamos
para que nos entendam
e que nos entendamos.

O que importa explicar
é a vida, os gestos da
sua filantropia,
as noites de seus sábados.

A maneira que tem
sobretudo no verão
de ser um paraíso.
Embora, por vezes,

se alguma dessas nuvens
que as carrega o diabo
tão só pensa na história
desses últimos anos,

se pensa nesta vida
que pedaços nos faz
de sórdida maneira,
perdida em um naufrágio.

A consciência o pesa
- por estar intentando
persuadir-se em segredo
de que ainda é honrado. O

Jogo de fazer versos,
que não é jogo, é algo
que acaba parecendo-se
co' o vício solitário.



Jaime Gil de Biedma: "El juego de hacer versos"



El juego de hacer versos
—que no es un juego— es algo
parecido en principio
al placer solitario.

Con la primera muda
en los años nostálgicos
de nuestra adolescencia,
a escribir empezamos.

Y son nuestros poemas
del todo imaginarios
—demasiado inexpertos
ni siquiera plagiamos—

porque la Poesía
es un ángel abstracto
y, como todos ellos,
predispuesto a halagarnos.

El arte es otra cosa
distinta. El resultado
de mucha vocación
y un poco de trabajo.

Aprender a pensar
en renglones contados
–y no en los sentimientos
con que nos exaltábamos–,

tratar con el idioma
como si fuera mágico
es un buen ejercicio,
que llega a emborracharnos.

Luego está el instrumento
en su punto afinado:
la mejor poesía
es el Verbo hecho tango.

Y los poemas son
un modo que adoptamos
para que nos entiendan
y que nos entendamos.

Lo que importa explicar
es la vida, los rasgos
de su filantropía,
las noches de sus sábados.

La manera que tiene
sobre todo en verano
de ser un paraíso.
Aunque, de cuando en cuando,

si alguna de esas nubes
que las carga el diablo
uno piensa en la historia
de estos últimos años,

si piensa en esta vida
que nos hace pedazos
de madera podrida,
perdida en un naufragio,

la conciencia le pesa
—por estar intentando
persuadirse en secreto
de que aún es honrado.

El juego de hacer versos,
que no es un juego, es algo
que acaba pareciéndose
al vicio solitario.




In: BIEDMA, Jaime Gil de. "Antología Personal". Madri: Visor Libros, páginas 50 e 51.

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